Mitos que creemos del Cine y la Televisión
En muchas películas o series se aprecia que usan personas como escudos humanos o incluso mesas de madera u otra clase de muebles, como si eso impidiera los disparos enemigos, cuando fácilmente, los proyectiles atravesarían estos al igual que al objetivo.
Ahora por física, más precisamente por las leyes de Newton. el impacto de flechas o disparos, no hace que las personas salgan volando por los cielos. Las víctimas simplemente se desmayarían en el suelo. Es menos impactante que ver extras jalados por un arnés que luego eliminan en postproducción, pero así es la realidad.
Otro mito que se ve y resulta peligroso, es el dispararles a candados para abrirlos. Esto es por mucho, estúpido y peligroso. A parte de tener una buena precisión para darle, el candado resistirá y puede rebotar el proyectil o esquirlas de este. Así que no, no lo intentes en casa y mejor llama al cerrajero.
En algunas secuencias de acción, se suelen ver saltos en paracaídas. Incluso con conversaciones en ellas. La triste realidad, es que, con el viento, nadie escucharía las palabras del otro. Vamos, incluso hablar en motocicleta ya es complicado sin al menos girar el cuello hacia atrás, así que no creo que sea sorpresa para nadie.
Una escena clásica, es cuando se le da a alguien el llamado suero de la verdad o amital sódico, tiopentato de sodio, pentotal sódico o como se le llame en tu país. Si bien esta sustancia se usa a nivel clínico y suprime funciones corticales del cerebro, no está probada su eficacia para decir la verdad. Este método al igual que el polígrafo no tiene respaldo científico contundente que los avale. Es decir, no hay formula mágica para detectar a un mentiroso. Eso sí, el mejor detector de mentiras, es la nariz de pinocho, de eso no le quepa la menor duda.
Ya que tocamos la psicología, sigamos con la materia. Es el turno de los test con imágenes que suelen usarse en temáticas de terror o thrillers. Un clásico, es el Test de Roschach, ya sabes, la prueba con las manchas de tinta raras. Pues bien, este test de personalidad, tiene la misma validez que definir quien eres, según como describas las nubes del cielo. Es decir, ninguna. Otro caso, es el test de dibujo de la casa, tampoco es una prueba fiable de la personalidad del sujeto. Muchas de las fallas de estas pruebas, se deben a la interpretación del evaluador y la falta de rigor de la misma. Así como si escribes la letra de una forma u otra no te hace un semental o un amanerado.
Igualmente hay un romanticismo en algunos thrillers, donde se refleja a los psicópatas, como asesinos supremamente inteligentes. Lo que dista mucho de la realidad. Lo que caracteriza a estas personas, es su falta de emociones, su falta de empatía y su manía para mentir. No su inteligencia, de hecho, muchas de estas personas están integradas en la sociedad y los que han salido criminales han caído en muchos casos por errores tontos y soberbia. Es más fácil encontrar un psicópata como estafador que como asesino serial burlándose de la policía.
En series de misterio, también se suele recurrir a la llamada memoria fotográfica o memoria eidética. La triste realidad, es que nuestra memoria, no funciona como una fotocopiadora. Nuestra memoria se reconstruye. Por lo que no, es un mito que exista gente que pueda recordar cosas como si fuera una fotografía. Si hay casos excepcionales de personas con esta memoria que recuerdan muchos detalles de algo en concreto. Pero no va ser un calco como tal.
Seguro ya te arruiné algo de la magia psicológica, pero aguanta, que aun falta. El llamado “Trastorno de Personalidad Múltiple”. Suena muy bonito, pero lamento decir, que no existe como tal. Claro, hay trastornos psicológicos que alteran la realidad de una persona, pero de ahí, a decir, que, en su cabeza, hay 5 personalidades distintas, lamento decirte, que ese relato te lo puedes jugar en un juzgado después de cometer un crimen atroz o para tener una amena charla con tu psicólogo de barrio. Pero en mi dictadura, te mando a limpiar la caca de las palomas en las plazas si me sales con eso.
Ahora sí, terminemos con la psicología, con el extendido mito de que solo usamos el 10% de nuestro cerebro. No mi estimado espectador, no te va crecer más el cerebro, ni eres más tonto que el promedio. El cerebro lo usamos como todos los demás órganos. Es hora de acabar con este extendido mito sin fundamento, todos usamos el cerebro en su conjunto, aunque si aplica esa frase en algún sentido, ha de ser en elecciones seguramente.
Mito clásico que nunca falla. El lobo que aúlla a la luna. Suena romántico, místico y lo que quieras, pero, lamento informarte, que los lobos no creen en el horóscopo ni nada por el estilo. Ellos aúllan para comunicarse entre la manada. Es una correlación, que no tiene nada que ver con el hecho.
Algo muy particular. Como la clásica imagen de un avestruz metiendo la cabeza en la tierra. Se repite incansablemente, pero no hay ni una sola fotografía de ello. Como el quemado mito de que la muralla china se ve desde el espacio y nadie tiene una postal de ello.
Ya para finalizar, varios mitos culturales. Otro enigmático misterio que se derrumba, el triángulo de las Bermudas. No tiene nada de especial, ni ovnis, agujeros negros o cosas sobre naturales. Es una ruta marítima tan común como el canal de Panamá.
Las galletas de la suerte, son de origen japonés y se venden en restaurantes chinos estadounidenses. Si, son básicamente el Mario Bross. De la comida.
La espinaca de Popeye no tiene mucho hierro. A diferencia de otros mitos de esta lista, este es plenamente conocido su origen. Esto fue debido a que el químico alemán, Enrich von Wolf en 1870, en sus cálculos del hierro contenido en la espinaca, en su informe registro que la espinaca tenía 3,5 miligramos por cada 100 gramos, cuando es 0,35, es decir, 10 veces menos. Así que no seas como Popeye, como hígado o lentejas que te aporta más.
El monstruo no se llama Frankenstein o al menos no lo fue al inicio. En la obra de la escritora inglesa Mary Shelly, la criatura no tiene nombre, el nombre del creador es Victor Frankenstein. De ahí sale su apodo, pero no es canon.
No, Buda no era gordo. Al menos el histórico, ósea, el Siddharta Gautama. Se le ha confundido con la representación de Budai, cuya representación si es bonachona y rechoncha.
Y para finalizar, lo lamento por ti, pero no. El alcohol no calienta el cuerpo entero. Produce una sensación de calor momentánea por la dilatación de los vasos sanguíneos. De hecho, esto resulta contraproducente porque nos expone al frío y a una hipotermia. Así que, si se te cae un alud, no esperes un perro llegue a tu rescate con un barril de brandy, porque es otro mito más de la lista.
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