Las Plataformas de Streaming Están Cambiando la Forma de Escribir Historias
Las Plataformas de Streaming Están Cambiando la Forma de Escribir Historias
Aquellas personas que han crecido junto a la televisión recordarán en más
de una ocasión los llamados cortes para ir a comerciales, generalmente entre 2
o 3 segmentos para un programa de 30 minutos. Pues bien, eso está quedando
relegado por las plataformas de streaming y al igual que la televisión dio un
formato para escribir las historias, lo mismo esta ocurriendo ahora con el
servicio de contenido digital.
En la televisión dado que se
requiere poner anuncios para monetizar el contenido, los programas debían
escribirse teniendo en cuenta no solo el tiempo de duración sino las pausas
comerciales. Esto oriento a los escritores a escribir bajo segmentos o a
introducir cliffhangers para retener la audiencia durante los comerciales.
Ya sabes, los típicos momentos épicos en que debías esperar los 5 minutos
de propaganda para saber si un personaje se iba salvar de un golpe, disparo,
una caída o lo que sea. Luego debías volver a repetir los últimos 5 segundos en
los que quedaste y continuar.
Otros programas por ejemplo los animes generan sus propias cortinillas que
en ciertos casos explican reglas de su universo y otros programas
particularmente en comedia, aprovechaban estos momentos para romper la cuarta
pared. Desde mi opinión está bastante bien.
Este formato impuesto por la televisión provocó que se contaran historias
más compactas si se trata de segmentos o más dinámicas si eran narrativas
serializadas, no obstante, el tiempo siempre fue un limitante que ha terminado
en recorte de escenas o falta de desarrollo.
Ahora con la libertad que ofrecen los servicios de streaming, estas
limitantes ya no son un problema, hay más libertad a los escritores y
directores en contar sus historias sin cortes obligados por censura o
limitantes de tiempo. Si miras la parrilla de series que hay a disposición, ya
no hay una estandarización en la duración de episodios.
Puedes ver un capítulo de The Last of Us que dure 45 minutos, otro 50 o
incluso uno que supera la hora. Esta relativa libertad en la duración de los
episodios, no solo permite que directores y escritores realicen un mejor
desarrollo de su historia sin cortes o forzados enganches, sino que también
reduce la cantidad de relleno de metraje que puede contener un episodio para
complementar un estándar de formato.
Del mismo modo, podemos tener series que no tengan un estándar fijo de
número de episodios por temporada, ya que no están obligados a una parrilla de
programación como en la televisión a la cual cumplir. Que, si una serie arranca
con 10 episodios por temporadas y solo necesita 5 para completar la última, no
hay ningún problema y nadie se queja de ello.
Las grandes plataformas de streaming por ejemplo Netflix, se preocupan más
por el número de horas de visualización los primeros meses, por lo que su
preocupación no se basa en el rating como la televisión, sino que la gente
tenga retención de los contenidos, ya verá si todo un domingo o si mira los
episodios en la medida que salen cada semana. Así que su preocupación no es por
horarios como la televisión, sino en retención y atención mediática ya que no
cuentan con comerciales televisivos para autopromocionarse, de ahí que se vean
las tendencias o banners de producciones del momento.
Naturalmente tampoco es que desaparezcan los llamados episodios
considerados de relleno, que en algunos casos resultan ser más de transición. Así
que si eres hater de Naruto te sigues aguantando.
Los productores e inversores también tienen sus estándares, ya que sus
intenciones son las ganancias, así que no todo es color de rosas. No es lo
mismo sacar una temporada que dure 3 capítulos como Sherlock y que apenas nos
enteremos, o que se esté hablando por más de dos meses cada domingo de Juego de
Tronos. Podemos presenciar como programas se extienden con renovación de
temporadas innecesarias que en vez de expandir el relato y mejorarlo, se vuelve
repetitivo o incluso pierde su rumbo.
También hay un poco más de libertad a la hora de contenido violento, sexual
u obsceno, ya que los padres de familia tienen más control sobre lo que ven en
cada hogar, ya sea un control parental o una cuenta predefinida para sus hijos.
Por lo cual hay mas libertad creativa en ese sentido, salvo que seas Disney u
otra compañía dedicada al contenido familiar y sea política de la compañía
restringir cierto tipo de contenido, por lo que, de momento, es algo más
teórico que práctico.
Ahora con la apertura de la inteligencia artificial seguramente también
veremos algunos cambios en la escritura de contenidos audiovisuales. La
compañía de videojuego Ubisoft ya ha dicho que usará la inteligencia artificial
para escribir diálogos en sus juegos y recientemente en South Park vimos un
episodio coescrito con ChatGPT
Paradójicamente también se esta pensando en un modelo de streaming con
anuncios, lo cual sería una televisión 2.0 en internet. Netflix es pionero en
este sentido y Plutotv ya lo hace siendo un servicio gratuito. Aunque esto no
necesariamente sea un paso hacia atrás en la escritura, ya que los anuncios que
aparecen funcionan como la publicidad en Youtube, es decir, no esta restringida
por la duración, por lo que pueden aparecerte al inicio o final además de una
posible aparición aleatoria durante la visualización sino es un vídeo corto.
En conclusión, la forma de escribir para los medios audiovisuales se
transforma al igual que la tecnología y contexto. Si algún programa o película
quiere entrar a concursar por un premio también debe cumplir con ciertos
requisitos no simplemente la duración, sino que tenga actores de color,
asiáticos, mujeres, etcétera. Lo que ahora todos llaman progre. Así que no se
extrañen que estudios que produzcan películas para distribuidoras como Netflix
o similares cumplan con los estándares habituales de formato y de inclusión,
pero eso es otra historia.
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