Reseña, Crítica Belfast (2021) Otra carta de amor al cine
Belfast es una cinta semibiográfica que nos transporta a la ciudad capital
irlandesa a finales de los años 60. Escrita y dirigida por Kenneth Branagh, nos
cuenta la vida del pequeño Buddy; un niño que crece en un ambiente de guerra
civil entre católicos y protestantes, viviendo en un barrio de la clase obrera.
Sin entender las razones del conflicto o de cuestiones religiosas, el joven
escapa a otra realidad apreciando cine, soñando con casarse con su compañera de
clase y vivir cerca a sus abuelos.
Si tienes pensado ver Belfast, debes tener claro, que es una cinta hecha para cinéfilos, una película de premios, una cinta nominada 7 veces a los Oscar. Teniendo eso claro y sabiendo que es un drama, no esperes entretenimiento puro, aunque si hay deleite y calidad, esta no es una cinta para cualquier espectador.
Aclarado esto, debo decir que la película técnicamente esta bien rodada, su punto más fuerte, sin lugar a dudas, es la fotografía, muy buenas tomas, buenas transiciones y plano secuencias. El recurso artístico del blanco y negro, funciona muy bien. La producción esta bien cuidada y la música es acorde pero no sobresale. Desde el punto de vista actoral, hay 4 interpretaciones muy buenas, el pequeño Jude Hill hace un magnífico papel y se lleva la película en el hombro, quien hace de su madre Caitrona Balfe esta muy bien y los abuelos del chico Judi Dench y Ciarán Hinds geniales. Irónicamente, dentro del reparto, la actuación de Jamie Dornan desentona más de una ocasión con el resto del elenco, y el siendo un actor principal, resta notoriamente.
Si pasamos a la escritura, de la cual es nominada a los Oscar por guion y
ya habiendo ganado el Globo de Oro, hay que decir que deja bastante que desear.
Si bien la cinta tiene momentos amenos y unos cuantos llamativos como las
revueltas, los simbolismos junto a la fantasía del niño con las artes
escénicas; no hay un relato de interés, fluido y bien construido. Aunque muchos
aspectos como la falta de contexto, se pueden justificar con la mirada que es la
apreciación desde el punto de vista de un niño, no se puede jugar como carta
blanca para cualquier libertad creativa. Los personajes no terminan de estar
definidos, el hermano de Buddy parece más un mueble de la casa y muchos otros
personajes no tienen relevancia debido a la construcción o falta de estos, todo
se vuelve anecdótico; con decir que un personaje querido fallece, pero no hay
tristeza, no hay conmoción, ni el mejor plano o tonadilla le salva.
También hay otros aspectos que no terminan de combinar con la cinta. Por
ejemplo, el padre de Buddy poco sabemos, al igual que el niño, porque trabaja
en Inglaterra, pero nos regalan un plano de el contando un mal chiste, unos
segundos que podrían haber empleado en la elaboración del perfil del personaje
en algo más importante y representativo. Tampoco olvidar las cuantas sátiras y
críticas lanzadas con poca sutileza. La historia paralela entre el conflicto
religioso y el romance del niño tampoco se termina de desarrollar, se vuelven
brochadas de una historia que pudo ser y que nunca fue.
Tiene de acierto que la cinta tiene buen mensaje sobre los valores y que
cuando se empieza atascar la narrativa, cambian el ritmo o flujo para volvernos
a meter, ejemplos claros como otro encuentro con la chica, el regreso de los
problemas fiscales, el actor violento haciendo presencia, la enfermedad del
abuelo, etc. A pesar de eso, la cinta se siente larga, como de 2 horas, cuando
dura una cuarta parte menos.
La historia no cuenta algo realmente de interés, es una anécdota mal contada poco llamativa en uno de los momentos más álgidos de Irlanda del Norte, recién iniciada una guerra de 30 años. Esta obra es más una carta de amor del director hacia el cine, honrar a su familia y la ciudad en la que nació, pero de la cual, parece estar en una burbuja de la cual no salió, siendo alguien proveniente de un barrio obrero, el niño fijo su vista en una pantalla, mientras le da la espalda a su realidad inmediata; sus padres en medio de peleas constantes, un padre ausente, problemas económicos y una guerra civil en curso. Esta es una cinta que no deja grabado algo en la retina, no trae un grato recuerdo o entristecedor, es una de esas películas olvidables, que ni al mes te acordarás que existió.
Seguramente grandes expertos de cine, valorarán más esta cinta por el
significado de ciertos planos o símbolos en varios momentos del metraje, yo
como no soy experto, no los entiendo todos, pero de ahí, para tomar una escena
y darle 20 significados distintos y decirle que la cinta es una maravilla, no
me lo trago. A los ojos de un espectador corriente, Belfast luce como otra
cinta soporífera de la que gana premios en festivales, donde parece que gana la
película más rara o con el director más influenciado por sustancias
sicoactivas.
Ahora si somos pragmáticos, en decir, la cinta es buena o mala, obviando la
subjetividad del espectador, es innegable la calidad técnica del largometraje y
se nota el compromiso en la mayoría del personal. Por lo cual, sí, Belfast es
una buena película; infortunadamente, no es un largometraje recomendable, es
una obra para un público específico y mucho menos un producto de mero
entretenimiento.
Con la vara de la cinematografía tan baja, cualquier película bien hecha, ya parece la octava maravilla. Hay que decir que el año 2021, fue un terrible año para el cine, más cantidad que calidad, desaprovechando completamente el regreso a las salas de cine gracias a las vacunas.
Muchas gracias por el tiempo, lamento si me he extendido en mis argumentos, pero siendo Belfast una cinta con 7 nominaciones, sentí que debía expresarme de la manera más clara y argumentativa posible sin llegar a spoilers. Espero que por lo menos se le abran más las puertas a Jude Hill, quiero verlo de nuevo en la gran pantalla.
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